martes, 3 de noviembre de 2015

La flor malsana

"Las flores mas hermosas tienen espinas,
  así como el polen de una rosa se esparce a otras,
 tu, bella flor del infierno,
 derramaras el dulce aroma del pecado en los jardines del señor"



Leandro caminaba en silencio a través las calles de aquel viejo pueblo, paso tras paso se aproximaba  hacia el pequeño café que siempre había visitado, su nombre era "el barco ebrio" en honor a un joven poeta francés fallecido hace tiempo.; Leandro tomo uno de los periódicos puestos allí en cuya fecha se marcaba el año de 1989, veintitrés años antes del día en que el joven sostuviese un periódico antiguo leyendo con cierta ironía melancólica las paginas en que  se hablaba de su trágico nacimiento.
-Otra vez estas con lo mismo, ¿simplemente no entiendes que no eres el culpable?- dijo una muchacha de diecinueve  o veinte años que apareció repentinamente mientras esbozaba una sonrisa,  Leandro dejo el periódico donde lo había encontrado y devolvió la sonrisa a la recién llegada -no le des importancia, ¿lo has traído?- tras estas palabras las delicadas manos de la joven se deslizaron adentro del bolso y retiraron un paquete rectangular cubierto por un papel rojo y atado con un festivo lazo amarillo, Leandro se mostró ansioso y recibió el paquete - Gracias Lizzy- añadió antes de salir corriendo hacia su casa, el clima era soleado, quien visitase aquel pueblo en un día como ese, tres de marzo, lo encontraría encantador, pero aquel pueblo era victima de la corrupción desmesurada por parte de los burócratas avariciosos que no pueden faltar en cualquier sociedad que en este caso no eran los enteros culpables. Leandro ansiaba encontrar a su preciado hermano mayor y obsequiarle un ejemplar titulado "una temporada en el infierno", al avanzar se percato de una extraña mariposa con monocromáticas alas, el hipnotizado muchacho se detuvo embelesado por la extraña criatura, tal era su trance que no pudo moverse hasta advertir que una cálida sensación procedía de su vientre, gotas rojas se hicieron torrente y el pobre muchacho se vio a si mismo atravesado por un metálico objeto, antes de caer boca arriba vio a la bella mariposa situarse sobre un paquete rojo tirado en el suelo, con sus ultimas fuerzas la victima quiso mirar los ojos de su asesino, lo que vio fue un par de ojos negros igual a los que siempre había visto desde pequeño, murió pensando en aquellos oscuros iris sabiendo que los propios se apagarían eternamente, así en un ultimo suspiro Leandro Montiel había fallecido.

El sudor emanaba de la frente del joven, que se levanto y observo por su ventana intentando recordar como haba llegado ahí, su tranquilidad desapareció tan pronto como toco la inexplicable cicatriz en su abdomen... y se percato de que su indice derecho estaba sangrando por una pequeña herida -oh, ya estas despierto, ¿puedo pasar?- Leandro grito un -si- después de cubrir su torso, entro un hombre de 31 años que se veía misteriosamente joven y miraba a su pequeño hermano con unos inconfundibles ojos negros.

Continuara...